Flexibilizar expectativas de ganancias

Todo un conjunto de economistas sin evidencias legales ni estadísticas suficientes (o estas son sesgadas)  insisten en flexibilizar más el mercado laboral peruano. Son aliados de los principales gremios empresariales y tienen a favor a la mayor parte de los medios de comunicación. No dicen la verdad ya que la mayor parte de los trabajadores peruanos, aún de medianos y altos ingresos, están sujetos a contratos de trabajo temporales (35% de los trabajadores formales) u otras modalidades especiales asociadas a la agroexportación, pequeñas empresas, entre otras. La otra gran parte del mercado de trabajo no tiene contrato ni estabilidad alguna. La semana pasada en la edición impresa de este diario apareció una entrevista al Representante Residente del Banco Mundial que insistió nuevamente en el tema. ¿No sé de qué país están hablando?

Según ellos hay que nivelar las condiciones de trabajo hacia abajo, ya que si esto no se hace se elevaría la informalidad. Que gran mentira. Como en el fallido proyecto de ley para el empleo juvenil no hay que mejorar las condiciones laborales sino rebajarlas a pesar de que aquí y en todas partes del mundo se debe procurar mejorarlas. Es el mundo al revés. Ojalá que quienes proponen estos temas se rebajaran los sueldos y prestaciones laborales para contribuir a aumentar los niveles de empleo de la Sociedad.

Esta flexibilización, en la lógica neoclásica y neoliberal, busca reducir los costos laborales y de esta forma -según ellos- promover la contratación de trabajadores, reduciendo la informalidad. Omiten que esta depende principalmente del nivel de actividad económica y que la informalidad resulta de la incapacidad estructural de incorporarlos y de políticas como la apreciación de la moneda nacional, entre otras, que afectan a toda la producción local. Si hay informalidad en la pequeña, mediana y gran empresa esto debería ser una acción punible desde la SUNAFIL. La informalidad sólo debería ser admisible temporalmente para la micro empresa. ¿Dónde está la autoridad para contenerla?

Todos estos analistas que piden relajar el mercado de trabajo son inconsistentes, ya que también deberían proponer que se flexibilicen las ganancias y las expectativas de ganancias. Este es el otro lado de la moneda, ya que esto no solo contribuiría a mitigar las presiones inflacionarias y reducir los precios, sino a adecuarse a la nueva realidad -más austera- de los mercados internacionales y local. La reducción de las expectativas de ganancias es un elemento central para promover la inversión privada.

Flexibilizar para promover la inversión privada

Keynes (1936) señaló que los niveles de inversión privada dependen de dos variables: los rendimientos esperados respecto del valor de la inversión (eficiencia marginal del capital) y de la tasa de interés. Asimismo, Kalecki (1954) demostró que si se retraen las decisiones de inversión se generan menos ganancias y como resultado se va a obtener un menor nivel de producción, ingresos y empleos. Lo anterior, debido al principio de demanda efectiva donde los propietarios ganan lo que consumen e invierten en bienes nacionales mientras que los asalariados e independientes gastan todo o casi todo lo que reciben.

Con estos elementos el futuro de la inversión privada y de la economía peruana para el mediano plazo no pinta bien. La expectativa de precios de casi todos los productos mineros hasta el 2021 es depresiva y tanto las tasas de interés como el precio de los bienes de capital van hacia la alza. Se sugiere revisar las previsiones del FMI de octubre de 2015. Si hay menos inversión en la minería también habría menos inversión en el resto de las actividades económicas. De esta forma, se tendría menos demanda y ganancias menores con los efectos macroeconómicos negativos consiguientes.

Es imprescindible dar un vuelco a estas circunstancias. En las condiciones actuales se requiere que las empresas flexibilicen sus expectativas de ganancias hacia la baja. La rentabilidad actual es menor a la obtenida años atrás y no se espera que este panorama mejore por condiciones internas e internacionales. En 2014 todas las firmas de la Bolsa de Valores de Lima tuvieron un rendimiento neto promedio sobre el patrimonio (ROE) del 10%, en 2013 fue 12% y años antes del 22%, pero siempre superior a los estándares internacionales. Cerca de cuatro veces en las mejores épocas. Ya se acabaron los tiempos fáciles. Hay que recordarles a muchos empresarios de ahora el ímpetu que tuvieron aquellos otros que hicieron empresa hace décadas atrás.

También hay que mirar más hacia adentro de nuestra economía, donde hay numerosas oportunidades de inversión, no sólo en asociaciones públicas privadas. El ajuste en la paridad cambiaria abre oportunidades en el mercado interno y externo. A los empresarios les corresponde romper el actual círculo vicioso al reconocer que la flexibilización laboral los perjudicaría al reducir el tamaño del mercado y que la desregulación no es una buena compañera. Es hora que despierten e inviertan por el bien de ellos y de todos.

22/2/2016.

COMENTARIOS

  • 1
  • 23.02.2016
  • 09:34:27 hs
Ricardo

En el mercado laboral, la flexibilización promovida por muchos economistas ha producido la transferencia de poder de los trabajadores hacia los empresarios, y como consecuencia directa, la caída de los salarios, lo cual es “aceptado” por los trabajadores para no quedarse sin empleo. El mercado laboral no es como el mercado de papas, es una institución social totalmente distinta, donde existe una concentración de poder del lado de los empleadores. El Estado es el contrapeso lógico a esa desigualdad de poder, a través de la regulación, para evitar abusos. No existen mercados eficientes, o en todo caso, estos serían la excepción, y no la regla; por lo tanto, la regulación estatal es necesaria, no para ir en contra del mercado, sino precisamente para corregir las fallas que se presentan y fortalecerlo. Los que están a favor de la flexibilización laboral parecen ignorar estos principios o sus ingresos dependen precisamente de negarlos.

  • 2
  • 23.02.2016
  • 09:51:48 hs
Germán Alarco

Estimado Ricardo: muchas gracias por el comentario. Coincido plenamente contigo. En una nota anterior señalé que el tema de los salarios no es un asunto “técnico”. Lo “técnico” tradicional responde a intereses particulares e ideología. Los “técnicos” construyen modelos ad-hoc para “demostrar” lo que quieren demostrar, olvidándose de las variables ingreso. Aplican ceteris paribus muy convenientes. Eluden la historia, asimetrías de poder, la imposibilidad de determinar salarios con la fórmula neoclásica de la productividad marginal del trabajo, entre muchos elementos. Ahora para remate no leen los últimos trabajos de funcionarios del Banco Mundial y del FMI que avalan la importancia de los ajustes de los salarios y la negociación colectiva: Ostry, Berg, Tsangarides, Lakner y Milanovic, Jaumotte, entre otros.
Saludos cordiales, G.A.

  • 3
  • 23.02.2016
  • 09:54:05 hs
Valentina Delacroix

En estos últimos años, el mercantilismo se ha maquillado y los gremios empresariales han migrado en sus propuestas, de solicitar aumento de aranceles a la importación y dumpings como en feria, a continuar con el subsidio del drawback, la reducción de sus obligaciones tributarias, la flexibilización del mercado laboral via eliminación de derechos laborales más básicos, hasta la derogatoria de cualquier normativa que busque proteger el medio ambiente, darle seguridad al trabajador ante cualquier peligro en su ambiente laboral, con el “solido” argumento de que todo ello resta competitividad a las empresas.
Pero, no se plantea ninguna propuesta que busque incrementar la productividad, sin que esta pase por todo lo anterior, es decir, seguimos con el “i win, you lose”

    • 4
    • 23.02.2016
    • 10:03:12 hs
    Germán Alarco

    Estimada Verónica: Coincido plenamente contigo. Muchas gracias por el comentario. Es urgente alcanzar un nuevo consenso social donde todos importen. Un país para todos, nos sólo para los empresarios. Actualmente sólo domina su paradigma. Desde tiempo atrás insisto en que para el Perú sería suficiente aproximarnos a la Doctrina Social de la Iglesia. Con eso sería suficiente. Te sugiero revisar los contenidos de “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II que cumplió 50 años el año pasado. En nuestro país retrocedemos al son de las ideologías neoliberales y los intereses particulares. Saludos cordiales, G.A.

      • 5
      • 23.02.2016
      • 10:05:13 hs
      Germán Alarco

      Estimada Valentina, mil disculpas, cambie tu nombre al responderte. G.A.

  • 6
  • 23.02.2016
  • 10:43:17 hs
Ricardo

Estimado Germán, respecto a tu último comentario, el Papa Francisco dijo: “Algunas personas continúan defendiendo teorías “gota a gota” que asumen que el crecimiento económico, incentivado por un mercado libre, inevitablemente tendrá éxito en traer mayor justicia e inclusión en el mundo” Y agrega: “Esta opinión, que nunca ha sido confirmada por los hechos, expresa una cruda e ingenua confianza en la bondad de aquellos que ostentan poder económico y en las sacralizadas obras del prevalente sistema económico.” Muchos podrán decir, esto es una falacia por autoridad (“magister dixit”, qué sabe el Papa de economía) pero si son católicos, deben reconocer el peso de las palabras de Santo Padre. Pero no sólo eso, como mencionas, deben reconocer también el peso de la historia y nuestra realidad: con cárteles en el mercado del pollo, y hasta del papel higiénico, no es sorprendente que los grupos de poder económico se opongan a cualquier tipo de regulación. Como menciona Gladys Triveño, la justicia la produce el Estado, no el mercado.

  • 7
  • 23.02.2016
  • 10:50:02 hs
Germán Alarco

Estimado Ricardo: nuevamente coincido contigo. Mencionas otro tema clave: concentración de la propiedad en pocas manos. Es imprescindible evaluar fusiones y adquisiciones relevantes ex ante. La concentración eleva el grado de monopolio (Kalecki, 1954) y el margen de ganancia. No sólo es un tema estructural sino que puede contribuir a explicar la inflación. Saludos cordiales, G.A.

  • 8
  • 23.02.2016
  • 11:02:08 hs
Héctor Almendrades

Así como existe leyes sobre salario mínimo, no sería grato proponer una ley de salario máximo de los jerarcas de las empresas?

Canadá ofrece a su población educación, salud, y pensiones gratis (pagadas vía impuestos que todos pagan) con un sólido sector empresarial que respeta el derecho de los trabajadores. Es una economía Keynesiana. Cubiertas por el estado esas necesidades básicas, el trabajador se dedica a ser un ente de alta productividad. Es difícil copiar eso en el Per’u?

    • 9
    • 23.02.2016
    • 11:12:21 hs
    Germán Alarco

    Estimado Héctor: El Pdte. Obama en 2010 estableció un sueldo máximo deducible de impuestos en el sistema bancario de EE.UU. como una respuesta a los altos salarios de decenas de milones de dólares en ese sector y a los “paracaidas dorados” de quienes salían del sistema y que fueron co-responsables de la crisis financiera internacional. No se si sigue operando la medida. El asunto son los criterios a considerar para establecerlo. Si las empresas quieren pagar más de los máximos lo pagan a cuenta de sus utilidades netas, no se cargan a resultados. Muchas gracias. Saludos cordiales, G.A.

  • 10
  • 23.02.2016
  • 08:44:15 hs
Marcel Huaclla

Germán, hace poco, en Europa, los salarios bajaron, (España en particular) era necesario para ajustar la economía, frente a la tremenda recesión originada después de aplicarse la “ley keynesiana en su forma pura” el año 2002 con la disminución de la tasa de política en EEUU y UE, ya que la rigidez de las remuneraciones y otras bonificaciones a la baja hubiera aumentado aun más el desempleo, menos mal que lo aceptaron, y hoy es una de las economías que más crece en la UE. Por otro lado los países que aceptaron bajar los gastos, hacer consolidaciones fiscales, son los que más crecen en la UE, ver caso de Alemania, España, Inglaterra. Si le hubieran hecho caso a Krugman, posiblemente la situación se hubiera complicado con más déficit fiscales, deuda y la recuperación hubiera sido en más años. Si el mundo está hoy en crisis es porque la ley keynesiana se aplicó, sin compasión. En el caso peruano, tenemos un inflación baja un poco más del 4.6%, por lo tanto los salarios nominales tendrían que subir, pero, los políticos están pidiendo que el salario mínimo suba hasta 900 soles otros todavía más, lo que sucederá es que el salario del sector informal bajará, y se reducirá más el el mercado formal. En las provincias no podrán pagar estos salarios, por lo tanto la informalidad campeará por todo lado.

  • 11
  • 24.02.2016
  • 09:24:40 hs
Germán Alarco

Estimado Marcel: muchas gracias por el comentario. Las teorías keynesianas dominaron hasta mediados de los años setenta, de allí fueron arrasadaas por el neoliberalismo en todas sus vertientes. Los “Estados de bienestar” no son de J.M. Keynes. Por otra parte, te recomiento leer a Stockhammer sobre regimimenes de crecimiento. Si todo el mundo entra a competir para reducir sueldos y salarios lo único que ocurriría es una recesión mundial, ya que se reducirían los mercados para las exportaciones.
No entiendo la lógica que te lleva a decir que los salarios mínimos reducirían los ingresos de los informales.

Saludos cordiales, G.A.

  • 12
  • 24.02.2016
  • 10:09:57 hs
Gonzalo

Que fácil es asignar la completa responsabilidad a los empresarios. Por qué no comenta sobre la necesidad que existan acuerdos entre empresarios y trabajadores; por qué solo imputa responsabilidad al inversionista y no a los sindicatos intransigentes e idealizados?
Flexibilizar las expectativas en las ganancias no soluciona el problema, porque las expectativas de los trabajadores siempre será en aumento, si hablamos de grandes empresas, de ahí la necesidad de acuerdos que duren. La informalidad es una historia que existe desde mucho antes del boom Peruano.

    • 13
    • 24.02.2016
    • 10:22:51 hs
    Germán Alarco

    Estimado Gonzalo: Muchas gracias por el comentario. ¿Dónde están esos sindicatos intransigentes e idealizados?, Ojalá los hubiera para equilibrar la balanza. ¿Quién puede contratar más y mejores abogados y negociadores? Por otra parte, es obvio que todos los trabajadores y personas queremos mejorar nuestras condiciones de vida, ¿que tiene de malo?, ¿acaso tu estás conforme con lo que te pagan?
    No se que tiene que ver la informalidad en este asunto. En el peor de los casos, sin reconocerlo, sería un daño menor colateral. Saludos cordiales, G.A.

  • 14
  • 24.02.2016
  • 11:02:59 hs
Ricardo

Respecto a las altas compensaciones pagadas a los CEOs, que incluye sueldos, bonos, pensiones, acciones, etc) actualmente en USA corresponden a 300 o 400 veces el pago del trabajador promedio (salarios y beneficios) En los setenta, esa relación era 40 a 1. ¿Ahora son más brillantes los CEOs que antes?, ¿tiene más habilidades? De acuerdo a los defensores del libre mercado, estos gerentes deberían ser 10 veces más productivos que los anteriores para tener esos ingresos… pero lo son? Y ni hablar de los CEOs que tuvieron gran responsabilidad en la Gran Recesión. Esa gran diferencia de ingresos no tiene ninguna justificación, salvo por el hecho de que esos mismos gerentes son los que se fijan sus propios sueldos; es decir, tienen el poder de extraer rentas de los accionistas y los trabajadores. Anthony B. Atkinson, un economista británico señala que hay compañías que voluntariamente fijaron los sueldos de los altos ejecutivos en 65 o 75 veces el pago promedio de la firma… una medida realmente plausible.

  • 15
  • 24.02.2016
  • 11:08:47 hs
Germán Alarco

Estimado Ricardo: coincido contigo. El numero que resulta para un salario promedio anual de US$ 20,000 sería US$ 1.5 millones, más que suficiente. Lo extra, no deducible, que lo paguen de sus utilidades netas depues de impuestos. Saludos cordiales, G.A.

  • 16
  • 24.02.2016
  • 12:53:31 hs
Gonzalo

Estimado Germán. Parece que el diálogo no es un aspecto importante para ti. Son 5 confederaciones; 52 Federaciones; 503 sindicatos inscritos en el Min de Trabajo. Todos ellos representado en el Consejo nacional de Trabajo que se reunen desde hace 30 años, sin llegar nunca a acuerdo alguno. Es decir, en las épocas flacas (pocas ganancias) y en el boom. No tienen arraigo porque son los mismos dirigentes desde la época donde las ideologías marxistas estuvieron en boga y porque a los jóvenes de ahora que deberían estar como dirigentes no los dejan participar. Hablaste de “Estado bienestar”. Sería bueno que puedas informarte cómo Suecia logró todo, por medio del “acuerdo” entre todos, incluyendo partidos políticos.

  • 17
  • 24.02.2016
  • 01:02:16 hs
Germán Alarco

Estimado Gonzalo: desde hace tiempo atrás insisto en la necesidad de establecer un nuevo pacto social en el Perú, donde todos importen, no sólo unos pocos. El diálogo es fundamental. Sin embargo, también insisto en que hay que equilibrar la balanza. Desprotricas contra los “marxistas” pero igual de fundamentalistas son muchos empresarios locales que no les interesa diálogo alguno. Miremos a los dos lados, no a uno. Saludos cordiales, G.A.

  • 18
  • 24.02.2016
  • 01:27:22 hs
Ricardo

Tomo como cierto el dato proporcionado por Gonzalo: 503 sindicatos inscritos en el ministerio de trabajo. ¿Cuántos sindicatos deberían estar inscritos para que tengan alguna representatividad en la relación empresario-trabajador? Lo cierto es que la fuerza de los sindicatos desapareció en los noventa gracias a Fujimori y su dictadura de amedrentamiento y “desapariciones” de varios dirigentes sindicalistas. Con esto, la balanza de poder hasta la fecha no se ha recuperado (no digo equilibrado, porque nunca lo estuvo) Si reconocemos que la desigualdad en el país se ha incrementado en los últimos años (tema que se discutió en un post anterior) es innegable que no son los trabajadores los que se están llevando la mayor parte del incremento del pastel, por lo que algo hay que hacer para realizar una correcta redistribución. Una forma de conseguir esto es fomentando la formación y fortalecimiento de los sindicatos.

  • 19
  • 24.02.2016
  • 03:32:53 hs
Ricardo

Sólo para redondear la idea, si los trabajadores tuvieran suficiente poder de negociación (bargaining power) para conseguir mejores sueldos y condiciones de trabajo entonces no se necesitaría mayor regulación del mercado laboral.

  • 20
  • 24.02.2016
  • 03:59:30 hs
Germán Alarco

Estimado Ricardo: de acuerdo contigo. El lado débil es evidente y hay que fortalecerlo. Saludos cordiales, G.A.

  • 21
  • 24.02.2016
  • 04:23:35 hs
César Villón

German, nuevamente has puesto el dedo en la llaga, tu análisis esta muy relacionado con el anterior referido a la desigualdad en la ditribución de la riqueza.

Es posible que tenga una “explicación”, no se si estoy equivocado, pero quienes “tributan oficialmente”, pretenden manejar la economía a su antojo, creen tener el “derecho” de hacerlo. No entienden que con su actitud la economía estará condenada a ser del tercer mundo.

“Flexibilizar la expectativa de ganancias”, sería tomar conciencia de país, con una actitud visionaria. Esta claro que las restricciones de hoy serán los triunfos del mañana, si pensamos en función a progresar como país.

Son increibles las estadisticas que tenemos en los sectores de educación y salud, el déficit de infraestructura, en ambos, es enorme; en el segundo caso llega mas o menos a los $18 mil millones de dolares, no hay la suficiente cantidad de hospitales y es imposible promediar la cantidad de médicos por departamento, debido a que las cantidades extremas son muy disímiles (por ejemplo en Lima es de 250 y en Cajamarca es de 2,300).

La anemia se muestra en un proceso de regresión, que afecta fuertemente a la extrema pobreza. Es evidente que quienes llegan a gobernar el país, se dedican a otra cosa y menos a gobernar y cuando no hay gobierno se aplica la ley de la selva, en la que el más “fuerte” depreda a los demás.

German, permiteme felicitarte por tu análisis.

  • 22
  • 24.02.2016
  • 04:42:08 hs
Germán Alarco

Estimado César: muchas gracias por el comentario. Hay que ser parejos con ambas partes fortaleciendo al lado débil. Ojalá que todos los que tienen todas las ventajas pagaran los impuestos que corresponden. Hay mucha evasión fiscal. Por otra parte, como tu comentas, más que nación integrada estamos fracturados. Saludos cordiales, G.A.

  • 23
  • 25.02.2016
  • 12:03:19 hs
JAIME

Muy buen análisis Germán, y buenos también los aportes de quienes comentan. Creo que debemos reconocer que todo lo concerniente a los temas laborales en el Perú tienen ante todo un mayor componente social que económico. Esto, desde que el sector que ocupa o da empleo a la enorme mayoría de peruanos es la micro empresa o empresa microfamiliar. Me da curiosidad cómo todavía se habla de la “informalidad” como si fuera una rareza o una enfermedad….Si la gran mayoría de trabajadores está empleado “informalmente” o simplemente sub-empleada, entonces esa es la realidad que vivimos y no deberíamos andar estigmatizándola con conceptos venidos de lugares con mayor desarrollo social. No digo que debamos conformarnos, pero creo que estamos en un proceso histórico que demanda en este momento soluciones ad-hoc para nuestra realidad. Si a esto se refiere con la “flexibilización” quizá no deberíamos temer tanto a esa palabra. Otro aspecto de esta discusión es que es más fácil personalizar a la “gran empresa abusadora” y más difícil hacerlo con el difuso emprendimiento a escala micro que predomina en nuestro país.

  • 24
  • 25.02.2016
  • 09:17:40 hs
Germán Alarco

Estimado Jaime: me gustó tu comentario. Muchas gracias.La informalidad es una respuesta a un problema estructural de falta capitalización. También hay alguno “vivos” de grandes, medianas y pequeñas empresas que la cobijan. Yo creo que la autoridad debe intervenir radicalmente para promover la formalización y sancionarla en esos tres tamaños de empresa. Sólo sería admisible temporalmente en las microempresas. Saludos cordiales, G.A.

  • 25
  • 25.02.2016
  • 01:25:31 hs
Gilbert Díaz

Estimado Germán, la flexibilización laboral se ha convertido en un argumento recurrente de nuestros neoliberales. Pero éstos omiten, no se si por interés o por decidía mental, o por ambos a la vez, que la teoría neoliberal describe al empresario como un agente innovador y creativo, quien, merced a tales virtudes desplaza la función de producción hacia arriba, reduciendo costos unitarios y liberando excedentes de valor, los cuales, merced a la competencia(“perfecta”, se entiende), son asimilados por el consumidor, elevándose así el bienestar general.
Pero ¿dónde están estos virtuosos agentes que modernizan su infraestructura y capacitan a sus trabajadores para hacerse más productivos? El hecho de que demanden insistentemente la flexibilidad laboral como un recurso fácil, pone en evidencia la ausencia de tales agentes. En este contexto el argumento neoliberal que se refiere a dichos agentes se convierte en una simple apología.
Por otro lado, la flexibilidad laboral hacia abajo no sólo precarisa el salario, si no también la demanda dirigiéndola a una espiral depresiva. Además, atenta contra la estabilidad política (condición fundamental de la estabilidad macroeconómica). Ya vimos lo que sucedió con la ley para el empleo juvenil (“ley pulpin”). Pero parece que a nuestros neoliberales no le entran balas.
Cordialmente G. D.

  • 26
  • 25.02.2016
  • 03:53:30 hs
Germán Alarco

Estimado Gilbert: coincido contigo. Efectivamente tu señalas algunos de los supuestos que son necesarios para que funcione esa teoría. Operatividad de la oferta de trabajo, teoría del valor neoclásica donde las remuneraciones a los factores dependen de sus productividades marginales, ley de Say (…). Estos supuestos los vamos a comentar la próxima semana. Muchas gracias. G.A.

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