Todo proyecto minero incluido Las Bambas es en principio positivo para la economía nacional por su aportación al producto y la generación de divisas. Otra discusión es si está haciendo las contribuciones en términos fiscales suficientes o que la generación de empleo directo e indirecto en la fase operativa sea significativa. Sin embargo, resulta cuestionable que muchos especialistas mientan con el objetivo de ver solo los elementos positivos de la actividad, ninguno de los negativos o donde la aportación es nula. Asimismo, llama la atención que la ruta, motivo de la disputa, por donde circulan los camiones para desalojar el concentrado y realizar los servicios a la mina se califiquen como una vía nacional, cuando apenas está afirmada y obviamente en peores condiciones que los Caminos del Inca antes de la Conquista española.
No se ha comentado que a lo largo de la vía existen 149 centros poblados y 72 comunidades, varias de ellas han sido afectadas en su propiedad y sufren los impactos ambientales del transporte minero. Desde 2016 hubo conflictos con las comunidades de Choqueca, Pumamarca, Ayahua, Quehuira, Mara, Pisacassa, Pitic y Fuerabamba actualmente. Tampoco se ha dicho que los acuerdos con las comunidades eran solo para una vía de servicio, no para el transporte de minerales, que genera externalidades negativas sobre las condiciones de vida y de producción de las comunidades. La opción negociada fue el mineroducto. Asimismo, según un informe de la Defensoría del Pueblo de 2016 hubo irregularidades y vicios en la categorización de varios tramos de esa vía. ¿Nos gustaría un camino como ese cerca de nuestro domicilio?, ¿Dónde está el estudio de impacto ambiental que se tiene que realizar para construir ese tipo de vía nacional?
El periodista y antropólogo del decano de la prensa nacional lanza argumentos falaces en relación a este conflicto. Alude que los comuneros de Fuerabamba obtuvieron una casa valorizada en US$ 750,000 y más de 1 millón de soles en efectivo por el traslado (¿estará a precios de San Isidro?). ¿Qué tiene que ver con la polémica sobre la vía? El Monseñor Farfán de la Prelatura de Chuquibambilla en esa región puso en duda las cifras anteriores. Asimismo, señaló que Nueva Fuerabamba se había realizado con los estándares de una localidad urbana, ajena a la realidad de los pobladores de la zona, por lo que muchos ellos seguían viviendo a las afueras de esa ciudadela.
Son inobjetables los daños que genera esa vía en su condición actual y deben ser remediados con una carretera en serio (de concreto ya que las asfaltadas tienen vida muy corta más aún por el tipo de carga movilizada) a cargo de la empresa, no del gobierno. Tampoco se vale que el gobierno autorice modificaciones importantes y continuas a la mina sin Estudios de Impacto Ambiental (EIA) con su consiguiente Consulta Previa. Hay que apoyar toda la minería, al igual que otras actividades, pero sin que atropellé los derechos de las personas, comunidades y el ambiente. No hay que olvidar que los recursos mineros en el subsuelo son propiedad de la Nación (de todos).
Nos hemos enterado por la prensa que el fin de semana se firmó un acuerdo para liberar la vía en Yavi Yavi. De acuerdo a lo que se informó, no nos convence mucho, ya que este no alude al tema principal o de fondo de esa vía que es la contaminación generada. Por el momento es una solución temporal para los comuneros de Fuerabamba al intercambiar la contaminación por dinero y algunos empleos. ¿No es acaso es una mala señal? Desafortunadamente, es posible que más adelante surjan problemas con otras comunidades. La vía nacional debe ser autorizada y construida con los procedimientos pre establecidos y no a la carrera como lo fue. El viernes pasado un experto en carreteras señaló que estás requieren EIA, no admiten derechos de vía, sino expropiación. ¿Otro parche más?
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