El Ministerio de Ciencia y Tecnología de Chile acaba de publicar el documento con el título de esta nota. En este se detalla el proceso y el primer resultado de la aplicación de las metodologías de anticipación y priorización. Nuestros Futuros Chile 2050 es el resultado de un conjunto de ejercicios que se llevaron a cabo entre diciembre del 2021 y febrero del 2022.
La autoridad concibe que aplicar estudios de futuros, desarrollar estructuras y capacidades anticipatorias en el diseño e implementación de políticas públicas es de utilidad para anticiparse y aprender sobre oportunidades y desafíos en el futuro; generar visiones que dan forma al futuro, y preparar capacidades de adaptación; involucrar a los grupos de interés en estas políticas; y orientar las capacidades del país a la generación de conocimiento y sus aplicaciones al desarrollo.
Del trabajo se desprenden muchas enseñanzas para el Perú en términos de la metodología utilizada; del escenario deseado y el más pesimista donde se introducen elementos y variables novedosas a tomar en consideración. Lo anterior, a diferencia de la burda y poco retadora Visión del Perú al 2050 desarrollada por el CEPLAN en 2019. Se definen también los desafíos y las oportunidades prioritarias para Chile mirando al 2050; muchos de ellos pertinentes a nuestro país.
Metodología
En su desarrollo participaron más de 300 personas de la academia, gobierno, sector privado, organizaciones sin fines de lucro y ciudadanos, por medio de entrevistas en profundidad, consultas ciudadanas y talleres de diálogo. Asimismo, esto se complementó con una revisión exhaustiva de literatura y fuentes nacionales e internacionales, información estadística, tendencias de contexto y otra información relevante.
El análisis de decisiones tradicional se basa en predicciones puntuales y probabilísticas, pero en condiciones de profunda incertidumbre, las predicciones a menudo son incorrectas. La metodología seleccionada se propone de manera consecutiva desarrollar en primer lugar un proceso de anticipación, donde se mapean múltiples escenarios de futuros y se exploran sus implicaciones; para posteriormente priorizar para la toma decisiones resilientes y adaptables a diversos escenarios considerando impactos a mediano y largo plazo.
Proceso
La primera etapa del proceso de aplicación consistió en identificar las principales megatendencias, tendencias, impulsores de cambio y señales de cambio que potencialmente darían forma al futuro en las próximas décadas. También se recopilaron imágenes de futuros de los participantes, desafíos observados a nivel nacional y posibles áreas prioritarias. Toda esta información permitió reconocer las preocupaciones colectivas del presente y las expectativas del futuro.
La segunda etapa tuvo como objetivo explorar la pregunta ¿qué podría suceder en los próximos 28 años? No se buscó generar predicciones, sino más bien, cocrear participativamente imágenes de futuros, las cuales son expresiones populares de cómo podría ser el futuro, a veces desafiantes y provocativas, que son útiles para desafiar paradigmas y explorar formas alternativas en las que se podría desarrollar el futuro.
Luego se identificó y definió 9 impulsores de cambio crítico; se construyeron 5 escenarios alternativos para Chile al 2050 a través de herramientas e instancias participativas. Los 9 impulsores de cambio resultantes fueron: 1) Cambio climático; 2) desigualdad social; 3) salud y bienestar; 4) violencia y delincuencia; 5) envejecimiento de la población; 6) erosión de la democracia; 7) realidad virtual; 8) fragmentación social; 9) descentralización.
En la tercera etapa se definieron los 10 grandes desafíos y oportunidades para Chile al 2050. Por último, se priorizaron los 5 primeros. Se pidió responder a las siguientes preguntas: ¿cuáles de estos grandes desafíos consideras deberían priorizar esfuerzos de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación? ¿consideras que existe algún desafío que es clave y no está incluido en la lista inicial? ¿tienes recomendaciones para fortalecer los próximos procesos de priorización?
Principales resultados
Los resultados del proceso de anticipación y priorización identificaron cinco escenarios alternativos: Escenario 1: Torres de Paine, última oportunidad para visitar el fin del mundo; Escenario 2: La tormenta perfecta que arrasó con Chile; Escenario 3: Ayni, del individualismo a la comunidad; Escenario 4: La post normalidad, pandemias y migraciones; y Escenario 5: De la erosión a la regeneración.
Torres del Paine
Es el escenario inercial o línea de base. La situación económica se mantuvo problemática. La migración por el cambio climático, la falta de vivienda, la baja en la tasa de natalidad dio un espacio para el surgimiento de nuevos negocios y nuevas formas de consumo. Sin embargo, la inflación siguió su tendencia al aumento, encareciendo el costo de vida. El sostenimiento de los espacios de diálogo se hizo muy difícil, incrementando así la polarización, desigualdad y la falta de oportunidades.
El uso excesivo de tecnología causó una desarticulación de la sociedad trayendo consigo problemas de salud, principalmente mental. La falta de regulación y políticas sobre el medio ambiente llevaron a la erosión y a la ahora casi extinción de los espacios naturales.
La tormenta perfecta
El 2035 la industria del cobre entró en un proceso de incertidumbre debido a una fuerte competencia con su sustituto, el grafeno. Al 2050 se vive una alta inflación que comenzó con la pandemia del 2020. El desempleo es del 60%, grandes industrias han cerrado, aquellos que no tuvieron acceso a herramientas digitales quedaron relegados y fueron reemplazados por las máquinas, aumentando la pobreza y desigualdad. Se vive una gravísima emergencia humanitaria, con millones de personas que no tienen acceso a atención de salud básica ni a una nutrición adecuada. La escasez de agua en los hogares y centros de salud ha contribuido a la propagación de enfermedades.
La desigualdad social y territorial ha aumentado considerablemente, las personas con acceso a más recursos han pagado por ser mejoradas genéticamente en cambio las personas más vulnerables han quedado relegadas a una expectativa de vida menor a 50 años. Por otra parte, los que tienen acceso a recursos están comprando áreas con agua y tierras cultivables para hacer sus propios países o incluso algunos ya están migrando a otros planetas.
Tecnología disruptiva
El uso de la tecnología fue en aumento, pero no se generó educación ni conciencia para su uso, causando que los niveles de adicción a la tecnología sean brutales. Se ha generado una deshumanización colectiva y disminución de la interacción humana, muchas personas viven más tiempo en el mundo virtual que en el mundo real. Dado que se necesita gran cantidad de energía la cual ha incrementado su costo fuertemente, muchos incluso prefieren no comer para vivir una mejor vida en el mundo virtual, y mueren conectados. Otros dejan todas sus decisiones a softwares con inteligencia artificial, decisiones como de quién enamorarse, o directamente tienen parejas que son softwares.
El 2022 cuando se estaba escribiendo la nueva constitución, se tenía esperanza en que el proceso ayudaría a transitar hacia un futuro mejor, pero la polarización primó, los constituyentes se obsesionaron con sus posturas y el diálogo no fue posible generando mayor inestabilidad. La desconfianza en las instituciones y la política fue aún mayor de lo que ya era, y la recesión económica no permitió llevar a cabo las promesas de cambio y transformación, lo que generó nuevas protestas. Fue un espacio perfecto para que aumentara la erosión de la democracia; hoy los carteles de drogas dominan la política y se vive en un gobierno totalitario, se restringe la movilidad entre regiones del país, no hay acceso a salud, educación ni agua, las mujeres y niños son los más afectados.
Del individualismo a la comunidad
Al 2050, vivimos en un Chile plurinacional, descentralizado, que transitó desde el individualismo a la mirada colectiva del mundo. La centralización que existía en Santiago, se había dividido en tres regiones interconectadas, entre las cuales en una de ellas era gobernada por la comunidad Mapuche.
Este nuevo sistema ha permitido desarrollar ciudades intermedias más que grandes urbes, la movilidad dentro del territorio es más accesible, las ciudades ahora se caminan y se conectan entre sí de manera amigable. Por otra parte, la delincuencia disminuyó fuertemente gracias a la acción comunitaria. Todo lo anterior, ha reducido de manera significativa la pobreza extrema y la desigualdad, además de que se han recuperado filosofías y creencias de nuestras comunidades indígenas ancestrales.
Tiempos post-normales
Se trata de un escenario intermedio. Al 2050 la población está acostumbrada a vivir en tiempos post-normales, en donde las únicas constantes son el cambio y la adaptación. La ley de la jungla aplica en todos los sentidos y llegó para quedarse.
Mirando en retrospectiva, nos acostumbramos a vivir con incertidumbre. Algunas prácticas como el distanciamiento social que comenzó el 2020 o usar mascarillas quedaron instauradas. Estamos prácticamente acostumbrados a vivir con pandemias intermitentes, que se vieron potenciadas por el cambio climático (derretimiento de los hielos), retornaron antiguos virus y bacterias que causaron nuevas pandemias globales.
Escenario Deseado
Al 2050 se vive en una sociedad que ha disminuido la desigualdad; estamos dentro de los 10 países con menor índice de Gini de la OCDE. La delincuencia y violencia ha disminuido drásticamente, todos caminamos tranquilos sin temor a ser asaltados, vulnerados o discriminados. A nivel de educación, hubo una gran reforma. Se instauró un modelo de educación sistémica, transdisciplinaria y de acceso universal, que incluye educación para la vida (emocional, salud, sexual, cívica, artística y en sostenibilidad) y educación en ciencias, tecnológica y digital. Además, Chile fue pionero en garantizar habilidades de por vida, brindando a todos los adultos capacitación en habilidades a lo largo de sus vidas.
Se implementaron impuestos a los alimentos procesados y subsidios a los alimentos saludables, además de una fuerte concientización sobre la salud mental, hoy uno de los principales tratamientos para la ansiedad y depresión es pasar tiempo en la naturaleza. Hoy al 2050, finalmente alcanzamos la carbono neutralidad.
Lo que se entendía por economía fue transitando a una visión más sistémica, hoy prácticamente todas las empresas consideran su impacto económico, social y medioambiental, y las que aún no lo hacen deben pagar impuestos más altos. Por otra parte, antes el desarrollo se medía por crecimiento del PBI, esto fue cambiado por un índice más integral que considera el bienestar incluyendo también indicadores educacionales, de salud y medioambientales. Nos volvimos una potencia y laboratorio en tecnologías para el cambio climático. Gracias al aumento de empresas de base científico tecnológicas, las principales industrias hoy son la astroespacial, tecnologías hídricas y energías limpias. Las industrias extractivas como el litio siguen existiendo, pero con altos estándares de sustentabilidad y trabajo con comunidades aledañas.
Desafíos y oportunidades
Los 10 grandes desafíos corresponden al envejecimiento digno y saludable; salud y buen vivir; desarrollo urbano sustentable y resiliente; seguridad física y digital; seguridad hídrica; adhesión social; seguridad alimentaria; educación transdisciplinaria; astronomía: para potenciar las fortalezas de Chile; y transición energética.
El propósito de priorizar es garantizar la utilización óptima de los fondos públicos limitados, alineado para generar un impacto positivo en las áreas de importancia estratégica para el país. Por esta razón, existen múltiples beneficios de abrir estos procesos y llevarlos a cabo de manera participativa. Los 5 primeros desafíos priorizados fueron: 1) Seguridad hídrica; 2) transición energética; 3) desarrollo urbano sustentable y resiliente; 4) adhesión social; y 5) salud y buen vivir.
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