Desde que empecé a trabajar en comunicación estratégica, hace ya más de diez años, siempre me han hecho la misma pregunta.
¿Qué es exactamente a lo que me dedico?
Hace diez años las marcas miraban a sus clientes como simples consumidores.
Entiéndase por el término “consumidor” a un personaje lejano, sobre quien no teníamos motivo para tener cerca, más allá de conocer sus características sociográficas. Que debía “comer y callar” los mensajes con los que permanecía hipnotizado por el gran marketing de interrupción; aquel que desde las pantallas de la tele, los parlantes de la radio o la tinta del papel gritaba qué ropa debíamos usar, qué cigarrillos fumar, qué cerveza beber o cuál era la última promesa que nos haría ser una persona exitosa.
Ha pasado una década y la respuesta a qué cosa hago para ganarme la vida sigue siendo muy difícil, pues aún subsiste en la cabeza de muchos la premisa que el marketing es hacer publicidad y la comunicación es aparecer con nuestras grandes noticias en los periódicos y, en los últimos tiempos, postear en Facebook.
El tsunami que significa Internet ha redefinido la relación consumidor–empresa, convirtiendo al primero en “persona” y al segundo en una “marca”. En este nuevo escenario, el marketing y las comunicaciones deben integrarse en una sola mirada que no solo promocione el producto a través de estrategias creativas, sino que evite bajo cualquier motivo la interrupción (olvídese, por ejemplo, de la explotación desmedida de sus bases de datos, pues nadie es feliz cuando sus vendedores llaman a las 8 a.m. un sábado).
Y es que en un mundo hiperconectado, con infinidad de opciones al alcance de un buscador, la tarea del marketing ya no es encontrar la forma más creativa e impactante de decir que somos los mejores, sino crear “productos notables”. Ello implica imbuirse en el ADN de la empresa, en su propia identidad y trabajar a partir de ellas.
¿Y qué tiene que ver la comunicación en todo esto?
La hija relegada de la familia tiene hoy una tarea fundamental. Ya no importa solo quién es la marca o qué tan bueno es el producto, sino sobre todo la forma como se cuenta esa historia. El gran secreto es generar ángulos narrativos que permitan difundir la marca (el storytelling, que le llaman), más allá de la publicidad y los simples posteos en redes sociales.
La comunicación hoy vuelve entonces a su tarea de lograr que las personas (entiéndase: marcas y consumidores) se toquen unas a otras; vuelve a sus raíces, a su carácter primigenio y limpio de emisor–receptor, donde la desintermediación abre infinitas oportunidades, pero también riesgos.
Esto debe significar un cambio de modelo que debe ser transversal a toda la organización. Desde las más altas autoridades hasta los conserjes. La historia que definamos y contemos de nuestra marca debe ser asumida, creída y vivida en el día a día por cada integrante de la organización.
El contenido es, entonces, fundamental. Pero no repita esto de la boca para afuera porque es una tendencia que está de moda; genérelo con el convencimiento de que es una herramienta quizás más efectiva que sus caras estrategias de marketing tradicional.
Desde que se creó esta bitácora, así casi tres años, he tenido la suerte de entrevistar sobre este tema a speakers internacionales, conferencistas, catedráticos universitarios y practitioners. Todos coinciden en lo mismo: las viejas estrategias van perdiendo espacio, el marketing y la comunicación van cada vez más de la mano y nuestro mercado debe empezar a dejar de mirar con admiración las buenas prácticas del extranjero y empezar a aplicarlas a nuestra realidad.
Decir que el mercado no está maduro o listo no es excusa. Le aseguro que las primeras marcas, innovadoras y osadas, que tomen el riesgo serán las más favorecidas.
Por aquí han pasado Txema Valenzuela, Charles Fombrun, Oualli Benzemiane, Justo Villafañe (aquí y aquí), Enrique Dans, Mario Tascón (aquí y aquí), Joan Costa (aquí y aquí), Avinash Kaushik, entre otros.
Si no me quiere creer a mí (que hace un tiempo le doy vueltas a este tema), escúchelos a ellos.
@miguelugazg
COMENTARIOS
Buena,…. la idea es cambio cultural en las organizaciones, la identidad comunica y crea una imagen…..
la creatividad y la innovación son el presente y futuro de las organizaciones, ese es el campo de los nuevos comunicadores que apusten por dejar sus escritorios y comiencen a cambiar culturas “face to face” con todo el RRHH.
Los comunicadores debemos ser líderes participativos, gestores del cambio cultural creativo e innovador de nuestras organizaciones
Gracias por evangelizar el tema….
Saludos y buenas noches, interesante lo posteado estimado Miguel Ugaz, las empresas deben redefinir su forma de tratar con el cliente especialmente en el PERU, siguen creyendo en sus viejas tacticas y siguen generando los mismos errores con sus clientes, tanto en la atencion al cliente damos aun mucho que desear, el nivel que se debe tener en todos los servicios que las empresas brinden es la Excelencia y debe ser practicada desde sus mas altos niveles, hasta las personas que realicen las labores mas pequeñas sin distinción.
——————
Muy claro lo que mencionas:
Esto debe significar un cambio de modelo que debe ser transversal a toda la organización. Desde las más altas autoridades hasta los conserjes. La historia que definamos y contemos de nuestra marca debe ser asumida, creída y vivida en el día a día por cada integrante de la organización.
Todos coinciden en lo mismo: las viejas estrategias van perdiendo espacio, el marketing y la comunicación van cada vez más de la mano y nuestro mercado debe empezar a dejar de mirar con admiración las buenas prácticas del extranjero y empezar a aplicarlas a nuestra realidad.
Decir que el mercado no está maduro o listo no es excusa. Le aseguro que las primeras marcas, innovadoras y osadas, que tomen el riesgo serán las más favorecidas.
————
Las empresas deben conducirse por el buen camino y es a través de la tecnología + marketing que realizarán esto, para llegar a transmitir a sus clientes lo que necesitan.
La comunicación es un elemento fundamental y de carácter estratégico a la hora de hacer conocer un producto o un servicio por parte de una organización tenemos tantas formas de hacerlo y una de ellas: Las redes sociales.
Apreciado Miguel,
Coincido contigo cuando afirmas que la comunicación debe de ser transversal a toda la organización a través del uso de historias como la aplicación de la herramienta storytelling, lo cual es solo abordado y considerado de manera parcial por algunas empresas y no por la gran mayoría.
Asimismo, el marketing ha evolucionado donde antes la estrella era el producto y/o servicio que ofrece la empresa. Hoy, el marketing está orientado hacia el consumidor y cómo a través de la “experiencia” se logra cautivar, seducir y fidelizar con historias que se alimenten de emociones, deseos y motivaciones que identifiquen al consumidor con la marca.
Las empresas que alcancen conectar y comunicar con excelentes, creativas y efectivas historias serán las que ganarán confianza en el público y mayor competitividad en el mercado.
Hola el artículo es interesante, leyendo parece sencillo pero es todo un despliegue que una empresas debe estructurar con pinzas para lograr que su marca logre posicionamiento en primera mención entre su público objetivo convirtiéndolos en consumidores asiduos. Para ello tenemos que recordar que antes de “saber hacer” hay que “hacer saber” a nuestros stakeholders internos. Luego de lograr el posicionamiento de marca con nuestros consumidores viene lo más retador mantenerse. Por otro lado On line es una herramienta fantástica al principio tal vez se cuelgue algunas veces pero hay que mapearla hasta perfeccionarla porque se corre el riesgo que el posible cliente se aburra y salga de la página.
DEJE SU COMENTARIO
La finalidad de este servicio es sumar valor a las noticias y establecer un contacto más fluido con nuestros lectores. Los comentarios deben acotarse al tema de discusión. Se apreciará la brevedad y claridad.