De acuerdo con un estudio del servicio especializado en tecnologías de geolocalización, TomTom Traffic, Lima ocupa el primer lugar en América Latina en cuanto a congestión vehicular y se sitúa en el quinto puesto a nivel global. Solo es superada por Milán (Italia), Toronto (Canadá), Dublín (Irlanda) y Londres (Inglaterra). Según el Índice de tráfico de 2023, en Lima se necesita un promedio de 28 minutos y 30 segundos para recorrer 10 kilómetros durante las horas pico. Asimismo, se estimó que los habitantes de la capital peruana pierden 157 horas debido al tráfico en la hora punta al año.
Esta noticia se suma a la investigación de la empresa australiana Compare The Market que arrojó que Perú es considerado el segundo país con peores conductores en el mundo. Nuestro país se encuentra solo por debajo de Tailandia y el análisis examinó varios aspectos de la conducción, como los límites de alcohol permitidos, la calidad de las carreteras y la tasa de mortalidad por accidentes de tráfico, entre otros aspectos.
Ambas noticias representan un nuevo revés a la marca país, la misma que se encuentra muy debilitada sin que el gobierno logre revertir la situación. Con calles atiborradas de vehículos en la mayor parte del día, embotellamientos constantes, un transporte público con grandes limitaciones, así como una pésima cultura vial, nuestro país, y en particular su capital, Lima, corre el peligro de ahuyentar a miles de potenciales turistas por su desorden. Y aquí reitero un cuestionamiento que hago a lo largo de las columnas de este blog: ¿qué persona viajaría a un país que no le pueda garantizar el cumplimiento de su itinerario? Ninguno. Para viajar, un destino necesita ofrecer predictibilidad.
A continuación, quisiera enumerar cómo el tráfico puede afectar negativamente la experiencia de los turistas con el propósito de crear mayor conciencia sobre esta problemática:
- La pérdida de tiempo ocasionada por el tráfico afecta directamente la capacidad de los turistas para disfrutar al máximo de su tiempo en la ciudad. Los turistas con frecuencia tienen una lista de cosas que quieren ver y hacer cuando visitan una ciudad nueva. Sin embargo, perder tiempo en el tráfico puede reducir significativamente la cantidad de lugares que puede visitar en un día. Por ejemplo, debido a la congestión vial, un visitante que tiene la intención de visitar el Centro Histórico de Lima, La Punta o el distrito de Miraflores / Barranco puede encontrarse con que solo puede visitar uno o dos de estos lugares por el tiempo que implicaría hacer una ruta con estos tres destinos.
- La complejidad de llegar a ciertos destinos que presentan gran congestión vial a su alrededor hace que puedan volverse menos atractivos para los turistas, quienes pueden preferir evitarlos y dirigirse a lugares más accesibles, lo que puede afectar la distribución del turismo en la ciudad y llevar a una mayor concentración de visitantes en ciertas áreas mientras otras quedan subutilizadas (pensemos sobre todo en el Centro Histórico). Esta consecuencia trae a su vez otro problema: el impacto económico en los negocios locales. Las tiendas, restaurantes, hoteles y otros establecimientos ubicados en áreas afectadas por el tráfico pueden experimentar una disminución en el número de clientes y, por lo tanto, en sus ingresos.
- Otro aspecto por considerar es que el transporte público de Lima puede ser incómodo, desordenado, poco predictivo y atractivo para los visitantes, especialmente aquellos que no están acostumbrados a viajar en condiciones de hacinamiento. La experiencia del usuario puede verse afectada negativamente por la falta de aire acondicionado en muchos vehículos, la falta de asientos disponibles durante las horas pico, por citar solo dos ejemplos. De esta forma, la falta de comodidad en el transporte público puede afectar la percepción que los turistas tienen de la ciudad de Lima en general. Esto puede generar críticas negativas y reducir la probabilidad de volver en el futuro o que existan comentarios a terceros (amigos, familiares o conocidos) que piensen viajar a Perú y se vean disuadidos de hacerlo.
- Por otro lado, el tiempo perdido en el tráfico también puede estresar y agotar a los visitantes. Pasar horas atrapados en un vehículo sin poder moverse puede ser agotador y desmotivador. Esto puede afectar negativamente el estado de ánimo de los turistas y su disposición a disfrutar de las atracciones una vez que lleguen a su destino.
Además de los puntos señalados hay que considerar que las ciudades que ofrecen una experiencia de viaje más fácil y rápida tienden a atraer a más visitantes en un mercado turístico global altamente competitivo. Lima podría verse en desventaja en comparación con otras ciudades de la región debido a la congestión vial y la falta de transporte público. Por ello, es fundamental abordar los problemas de congestión vial y mejorar la infraestructura de transporte para garantizar desplazamientos más fluidos y eficientes para mejorar la experiencia de los turistas en Lima. Solo de esta manera, los turistas podrán aprovechar al máximo su tiempo en la ciudad y disfrutar de todo lo que Lima ofrece.
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