Las discrepancias entre los economistas son pan de cada día. Y eso ocurre porque en el campo de lo “que debería hacerse” cada uno tiene su opinión. Sin embargo, ¿cuáles son los puntos de partida que llevan a las discusiones?
En primer lugar, las personas, empresas y gobiernos toman decisiones, sean buenas o malas, acertadas o no, pero no hay duda que deciden. En segundo lugar, lo hacen porque tienen algún objetivo, sea este personal, grupal o de cualquier índole y al hacerlo, comparan los beneficios y los costos de cada decisión. Por ejemplo, si alguien quiere pasarse un semáforo en rojo, compara los beneficios (avanzo más rápido) con los costos (es poco probable que me “ampayen” o si lo hacen, lo “arreglo”).
En segundo lugar, todo lo anterior ocurre porque una característica central de la economía es el reconocimiento que los recursos son escasos. No podemos hacer todo al mismo tiempo. Si tenemos una determinada cantidad de dinero, usarla en una alternativa significa dejar de hacerlo en otra. Si el gobierno decide gastar más en, digamos, salud, entonces tendrá que sacrificar dinero que iba a ser usado en seguridad ciudadana y así sucesivamente. Lo mismo ocurre con cualquiera de nosotros. Usted está leyendo estas líneas, pero podría usar este tiempo en otra actividad.
En tercer lugar y como consecuencia, a lo largo de nuestras vidas, sea desde el punto de vista familiar o laboral, lo cierto es que enfrentamos disyuntivas y tenemos que escoger por alguna de ellas y en esto no hay discusión. Podemos discrepar en por qué elegir una opción sobre otra pero no en el hecho que tenemos que escoger.
En cuarto lugar, el costo de oportunidad es el costo de la mejor alternativa dejada de lado y está presente en toda decisión. Veamos un ejemplo. Supongamos que está pensando qué hacer para semana santa. Tiene una cantidad de dinero y varias opciones de paseos. Opta por uno. Esto significa que el “costo” de su elección es la satisfacción que dejó de percibir por no escoger la segunda opción. Nótese que no hay marcha atrás, al menos en este caso. Si ya decidió, asume el costo de su elección.
En quinto lugar, todo lo anterior es cierto para cualquier gobierno. Tener claros los principios básicos de la economía, como la escasez, la necesidad de tomar decisiones con el objetivo de elevar el bienestar social, saber explicar por qué se opta por un camino y no por otro, ser consciente de la noción del costo de oportunidad, entre otros aspectos, ayudarían mucho a mejorar la toma de decisiones. Pensar antes de decidir es clave. Recién después de pasa al “cómo implementar la decisión”.
Cada cinco años votamos por un camino, es decir, una manera de responder a los principios básicos. Sin embargo, muchas veces “se promete algo y se hace otra cosa”; esto depende del marco institucional, que será materia de otra entrega, pues también está claro que la economía no funciona en un vacío, sino en una realidad concreta.
COMENTARIOS
a veces en la contrastacion de las decisiones es bueno usar la intucion en base a la experiencia. A la hora de comparar costos es es prioritario considerar la importancia del costo del capital en la decisión financiera, considerando la alternativa deuda y el capital propio. Felizmente que el Peru tiene capacidad de contraer mas deuda soberana, considerando su recurso productivo. Ademas considerar que los recursos productivos son limitados. tenemos lo que se llama escasez relativo. Hay gobiernos y empresas que se olvidan de la escasez, debido que muchas veces que no todos los gobiernos son racionales, PPK pretende serlo, aunque no siempre toma decisiones basados en el costo de oportunidad y venos que muchas veces la la meditación y reflexiones de la decisión esta ausente en el Peru, caso de la agenda de Chinchero, nos dejamos llevar por la urgencia y la corrupción, casos de Odebrecht y Graña y Montero, también las regiones con titulares presos.
Teniendo en cuenta los principios básicos de la escasez de recursos y los costos de oportunidad en los que se incurre por la toma de decisiones, los gobiernos deberían realizar un plan de desarrollo a largo plazo de nuestro país, que contenga metas anuales y quinquenales y los políticos deben asumir los compromisos de ejecutar dicho plan y de esa manera evitar la toma de decisiones contradictorias entre gobiernos, las cuales generalmente se realizan con el fin de proteger los intereses de grupos de poder económico generando perjuicio a la gran mayoría de la sociedad peruana.
Que importante conocimiento del Costo de Oportunidad, pues se debería enseñar en todos los colegios pues se debe sopesar el tiempo que uno aprovecha estudiando frente al beneficio que te darán las demás distracciones (TV, redes sociales, juegos, etc), a largo plazo. Con esto no estoy contra las distracciones, sino en la administración efectiva del tiempo de las personas.
Lamentablemente los gobernantes que el Perú ha tenido en estos últimas dos o tres décadas, no han tenido en cuenta este principio sino hubieran invertido mucho más en educación, pues parece que más les conviene mantener a las personas en ignorancia económica, para así ellos prometer cualquier cosa y poder ser elegidos.
Las autoridades no utilizan los servicios que administran: no se atienden en hospitales publicos, no educan a sus hijos en colegios del estado, no viajan ni en tren electrico ni metropolitano; no hay empatia con las necesidades de la población. Priorizan el robo al bienestar de la gente y son los más educados quienes ahora son acusados de coimas, gente con doctorados y maestrias. ¿que hacer?
Muy buenos los puntos de vista planteados, en economía y más si es a niveles macros, es muy difícil de consensuar opiniones.
http://www.diesellider.com.ar/?module=news&code=8
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