Desde la noche en que Perú derrotó a Nueva Zelanda, se viene debatiendo mucho los impactos favorables que la clasificación al mundial tendrá sobre la economía. El argumento estándar se puede resumir así: el optimismo generará un aumento del consumo privado y como consecuencia de ello, se elevará la producción de la economía. Por ejemplo, si se demandan más polos de la selección, entonces las empresas producirán más polos, dado que la oferta responde a la demanda. Y la mayor producción supone más empleo y mayor movimiento de la economía.
Dos temas que complican el análisis. En primer lugar, la economía ya viene mejorando debido a un entorno económico externo favorable; el resultado ha sido el aumento del precio de los metales y como consecuencia de la producción minera. En setiembre la economía creció más de 3% sobre la base de minería. En segundo lugar, no tenemos un antecedente cercano, pues la última vez que fuimos al mundial ocurrió hace 36 años. No existe un patrón de comparación.
Pensemos. ¿Qué tipo de productos han visto incrementada su demanda en las últimas semanas? De hecho las camisetas de la selección peruana así como diversos artículos relacionados con la misma. Por lo tanto, ocurrió un aumento de la producción en esa parte del sector textil. También la demanda por televisores, licores, programas deportivos, publicidad en los medios, servicios de agencias de viaje y algunos más.
Sin embargo, el impacto sobre el total de la economía es muy leve. ¿Alguien podría sostener que se va a endeudar para comprar una vivienda porque está más contento debido a la clasificación? Difícil. Ello no quita que a la economía le hace bien que las personas muestren más optimismo que pesimismo. La economía es una ciencia social (ver post anterior) y el comportamiento humano, muchas veces impredecible, está en el centro de su estudio. Las expectativas son claves para una economía. El punto está en lo siguiente: la clasificación al mundial, ¿generará una mejora sostenida de la economía? ¿Será un hipo o el despegue hacia una senda de crecimiento más alta?
Para que el efecto trascienda debemos ser cuidadosos. En primer lugar, hemos leído que en los meses de octubre y noviembre la producción y ventas subieron en 500 millones de dólares en promedio. Solo el feriado post partido hizo que se perdiera, dado que se dejó de producir, una cifra mayor que esa cantidad. En segundo lugar, el gobierno tiene un “aire” pues el tema del mundial unido a la venida del papa, cubrirán las noticias políticas de las que ciertamente, estamos cansados. Lo ideal sería aprovechar ese aire para poner en marcha medidas que conecten el impulso inicial de la clasificación, con el bienestar de la población. De lo contrario, los efectos serán solo temporales.
Así como la selección no tenía margen de error en el partido con Nueva Zelanda, el gobierno tiene ahora una oportunidad en la que tampoco puede equivocarse. La idea es aprovechar el optimismo de los peruanos para enganchar algunas medidas concretas que se reflejen en la mejoría de los más necesitados. La selección nos hizo volver a creer gracias a resultados concretos. El gobierno debería hacer lo mismo, a pesar que no lo hizo desde el pitazo inicial.
COMENTARIOS
La clasificación de la selección peruana de fútbol, a mi entender genera y lo va a hacer en la medida en que otros factores acompañen el proceso. Hay todo una corriente que se genera. Basta ver como quedó el partido U vs. Municipal, un partido con goles, buen juego, intensidad (dicen el mejor partido del año, o del clausura), etc….
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