“No podemos llamar empresario a alguien que no respeta los derechos ajenos, a alguien que en vez de servir a los demás mediante el sistema capitalista o de mercado libre, que no es más que el sistema de división del trabajo bajo el sistema de propiedad privada, mediante la cooperación pacífica de producción e intercambio de bienes y servicios entre diferentes personas prefiere pedir privilegios para sus negocios, dar sobornos para obtener favores especiales a su empresa y buscar la forma mediante regulaciones o barreras, de evitar la competencia en el mercado”. -Ramón Parellada (Mercantilismo no es Capitalismo).
Un grupo importante de votantes de Fujimori lo componen empresarios. Esto es llamativo, considerando que PPK tiene una propuesta económica similar. De hecho, el “liberalismo” en lo económico que caracterizó el gobierno de Fujimori fue la aplicación del llamado “Consenso de Washington”, impulsado por el Banco Mundial, con PPK entre uno de sus impulsores más destacados. El Consenso no es otra cosa que una serie de prescripciones acerca de como manejar la economía, que fue sugerido (impuesto) por el BM y el FMI a Perú, a fin de que rescatáramos nuestra economía y pudiéramos seguir siendo sujetos de crédito. La diferencia entre ambos candidatos es que PPK no está involucrado con actos criminales o anti-democráticos, como sí está relacionado buena parte del fujimorismo, incluyendo su figura más representativa (Alberto Fujimori). No ahondaré en detalles pues son harto conocidos.
Muchas veces se identifica el liberalismo económico con la defensa de los intereses empresariales, pero esto es falso. Yo soy un defensor del liberalismo económico, pero soy un profesor universitario al cual no le importan especialmente los empresarios. Mas bien, conociendo la teoría económica, sé que a los empresarios no les interesa el liberalismo, salvo que por un tema altruista tengan interés en el bienestar común, cosa que no tiene relación con su condición de empresarios. A un empresario moralmente neutral, no le importa la desregulación, le importa que se regule o no cuando le conviene. A un empresario sin escrúpulos, le interesa un Gobierno que le permita saquear al país, lo cual se puede lograr muchas veces a través de leyes y regulación. Esto se llama “mercantilismo” y no solo no tiene que ver con el liberalismo, sino que se opone a éste.
Mi punto es el siguiente: muchos empresarios en Perú más que empresarios son realmente unos mercantilistas. Tiene sentido que un mercantilista apoye al fujimorismo porque: (i) es el más probable ganador; y, (ii) ofrece más colaboración para el saqueo que se viene. El reparto del país se hará en todos los frentes: regulaciones imponiendo estándares como barreras de acceso, subsidio directos a empresas como las AFPs (acaban de trabar las reformas al sistema en el Congreso) y actos de corrupción, al cometer o encubrir delitos lucrativos como el narcotráfico o el lavado de activos. Será “para mis amigos, todo. Para mis enemigos, la ley”, como dijo el Mariscal Benavides.
Aunque PPK podría eventualmente colaborar con algún inversor como ha hecho en el pasado -en casos en los que incluso ha estado cerca de pasar la línea de lo que es legal-, siempre se ha cuidado por respetar las formas, lo cual en estos casos es muy importante. En un ámbito gris como la diferencia entre el “amigismo” y la corrupción, respetar las formas nos permite distinguirlos. PPK puede tener amigos, como cualquier persona, pero nunca se le ha condenado por corrupto.
En el caso del fujimorismo, no podemos decir lo mismo. Parece como si tuvieran en el ADN los crímenes del fundador del partido y su compinche Montesinos. A veces, los fujimoristas son tan descuidados al tapar sus fechorías que parece como si disfrutaran y pavonearan sus crímenes o triquiñuelas. No es solo el delito lo que espanta, sino la degradación moral que la acompaña.
El caso de Chlimper es saltante: ¿realmente él tenía que ir a dejar los audios? Habiendo una versión original, ¿no era evidente que sería detectado? Y esto nos remonta a Dionisio Romero en la salita del SIN, con Montesinos. ¿Realmente a una persona tan sagaz se le pasó que sería filmado en dicha sala? ¿Se le pasó que años después sería descubierto? ¿O es que acaso hay una especie de placer hedonista derivado del crimen, al estilo Clockwork Orange?
Al final de cuentas, el fujimorismo no se sostiene solo en la pobreza, sino también en una “clase empresarial”, que sigue estando en deuda con el país.
COMENTARIOS
Muy claro la posición de ser liberal o ser mercantilistas mercenarios la diferencia es abismal. El Perú necesita de grandes obras de gran envergadura y tener una apertura global de inversionistas agresivos pero que se respete los medios y las leyes jurídicas de un territorio pactado. La competencia es buena no concentrando los monopolios en algunas empresas favorecidas. Lo mismo pasaría en un supuesto gobierno de Keiko lo empresarios que les rodean creen ser de derecha es ser liberal más bien son mercantilistas que empujan un carro de un gobierno para que se beneficien con leyes o proyectos de sus empresas en ganancias o que quieren echar raíces perpetuando sus círculos de personal en todos los estamentos de sector público para facilitarles su dividendos eso se llama mercantilismo mercenarios. No se puede abusar del poder pues si PPk debería gobernar con pinzas y no caer de nuevo en la vergüenza del Perú con sus gobernantes llegaron y casi todos salieron manchados. El problema no son de leyes es la desobediencia de ella.
Oscar,
Impecable, magistral y alturada argumentación la que realizas. Algo que nunca he visto en los defensores del fujimorismo. ¿Porqué será?
Daniel
Estimado Oscar,
No me queda clara la diferencia entre “Amiguismo” y “Corrupción”.
La leyes universales son categóricas, negro o blanco, arriba o abajo, pero sin embargo, apruebas un ámbito gris en el que beneficiarse por “Amiguismo” esta bien, parece que la manzana Perú está tan podrida que ahora se aprueba que el beneficiarse por “Amiguismo” es correcto. Lamentable esta doble moral.
Julio
Julio,
Saltas muy rápido a conclusiones que no están en el texto. De hecho, ya que lo preguntas, creo que el “amiguismo” está mal y no es lo ideal. Entre alguien que favorece eventualmente a un amigo sin romper la ley y alguien que tiene un jefe de su partido que lava dinero y será abiertamente corrupta, prefiero lo primero. Lamentablemente, no podemos elegir a Jesús para que gobierne el país, pero tenemos una obligación moral de elegir a la mejor opción entre los humanos con fallas que tenemos al frente.
Además, sería hipócrita de mi parte no decir nada acerca de PPK, cuando lo he criticado en el pasado por eso. En Twitter una vez lo llamé “lobbista” y me reafirmo. No creo que sea un candidato ideal. Creo que es la mejor opción hoy, además creo que es un excelente candidato, porque es una personas muy preparada y que respetará la democracia y el sistema económico semi-capitalista que tenemos. Si esta idea, estar a favor de alguien pero encontrarle fallas, es muy compleja para usted, lo lamento, pero no puedo hacer nada.
Saludos,
Oscar
Hola Oscar,
Para empezar radico fuera del Peru, me duele mucho ver como cambia la sociedad peruana y como se pierden los valores morales de la mayoria de la poblacion en especial de los llamado empresarios, que solo sacan ventaja de los vinculos politicos de turno. licitaciones que dicen ” hacer” con las cuales realizan trabajos mediocres en todos los rincones de nuestra patria. desde el que fue a la universidad hasta el que solo tiene primaria saca provecho personal buscando la oportunidad de ROBAR AL PAIS, so robar al humilde trabajador que se raja el lomo y paga impuestos .
Una tarea muy dificil de cambiar en la mentalidad de los peruanos.
Oscar, estoy de acuerdo que el liberalismo está totalmente en contra del mercantilismo, lo cual es una lamentable tradición en la política peruana. Justamente por eso quisiera saber tu opinión sobre dos aspectos: 1. ¿No es necesario que los gremios empresariales (Confiep, SIN, entre otros) emitan una opinión formal deslindando de aquel partido que no propone esas formas (procedimientos técnicos) que resaltas en tu post? Si no lo hacen, creo que se justifica la mala imagen, mucha veces incomprendida, que tienen frente a los ciudadanos. 2. ¿No sería adecuado que organismos neutrales -y si se quiere internacionales- opinen o informen sobre la viabilidad de las propuestas de los dos planes de gobierno o declaraciones públicas de sus candidatos para evitar populismo? Sugeriría que sea el JNE pero creo que ahí no estarías de acuerdo por ser un ente gubernamental, pero instituciones como Transparencia, me parece que pueden aportar mucho para que la gente por lo menos pueda saber un poquito más si se les intenta engañar o no.
Buen post y gracias por defender el liberalismo de prácticas corruptas y mercantilistas.
Un abrazo
Esto que sostiene usted es lo más interesante que plantea, y con mucha claridad en un momento de decisiones:
“Muchas veces se identifica el liberalismo económico con la defensa de los intereses empresariales, pero esto es falso.” Si también considero que es profundamente falso.
Tomando como referencia a Adam Smith quien sostenía y era perfectamente consciente de que ellos (empresarios) buscan únicamente en todos los gobierno -para el caso del Perú, con sus intervenciones en cada proceso electoral, lograr favores “monopólicos” para sus empresas; obviamente nada concordante con los fines de desarrollo nacional ni en favor del consumidor.
En palabras de Adam Smith: “… el comercio y las manufacturas sólo pueden florecer en un Estado en que exista cierto grado de confianza en la justicia del Gobierno.” Lo que en el Perú es incierto.
Gracias por describir con evidencias, lo que demuestra que usted conoce y sabe lo que dice.
Saludos.
Ronlando
Estimado Oscar, tu comentario es acertado. Confiemos en que la mayor parte de los electores actue razonablemente al momento de emitir su voto. Que la razón se imponga a la emoción y así tendremos mejores gobernantes. Se ha advertido hasta el cansancio, lo bueno o malo, que se vislumbra tanto en el caso de PPK y como en el de Keiko.
La mayor parte de los peruanos somos conscientes de los que nos espera con PPK o Keiko, en el primer caso el futuro es más claro, en el segundo caso se ven muchos nubarrones.
Excelente tercer párrafo, cuyo aporte es universal e intemporal. El resto tiene un valor más coyuntural, dado que se circunscribe a la segunda vuelta de nuestras últimas elecciones presidenciales, pero en general es un buen artículo, con un análisis original y propicio.
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