Diciembre llegó con su reforma bajo el brazo. Tras varios meses de preparación, se presentó la del sector salud, que se dio al amparo de las facultades legislativas dadas por el Congreso al Ejecutivo. Según el Ministerio de Salud (Minsa), el nuevo marco legal es un camino “a la cobertura universal”; similar propósito también tuvo el anterior Gobierno, pero quedó trunco.
El 50% de los peruanos considera que el servicio de salud es muy malo, según la última encuesta de GfK. Para la educación el panorama es similar, pues el 55% también dice que el servicio es pésimo. Y es que la cobertura y calidad deben ir de la mano.
En su etapa inicial, la reforma ofrece ampliar la cobertura de protección, y está por verse si mejorarán los servicios, sobre todo porque el gremio médico, como también sucede con este tipo de medidas en otros países, no se muestra entusiasmado.
En todo caso, lo importante es que los temas de educación y salud ahora forman parte de la agenda nacional, lo cual ya es un avance. Uno de los elementos centrales en ambos casos será la participación del sector privado, aunque el Minsa considera que el Estado tendrá la voz cantante. Sin embargo, el problema es que el presidente Ollanta Humala, por momentos, apoya la inversión privada y en otros despotrica contra ella, satanizando el lucro, metiendo en un mismo saco a los buenos y malos empresarios, sin darse cuenta de que si las iniciativas no son rentables no se generan utilidades y, por lo tanto, no se completa el círculo virtuoso para la inversión. Es momento de que el mandatario reflexione sobre este mensaje perverso.
La tarea es ardua, pues hay también reformas pendientes, como las vinculadas a la descentralización y al sistema político.
Pero, pese a todo, la administración Humala ha iniciado varias reformas. La primera de ellas fue en el campo de los impuestos, cuyos resultados indican que se ha ampliado la base tributaria, pero no en la medida en que más de un crítico a la Sunat quisiera.
Posteriormente, siguieron las reformas del Sistema Privado de Pensiones, del mercado de capitales, del servicio civil del Estado y de la educación. Aunque en este último caso los resultados están lejos de ser exitosos tras los dos primeros años y medio de gobierno. Todas estas iniciativas necesitan tiempo para madurar y, sobre todo, voluntad política para no retroceder.
COMENTARIOS
El MINSA hace muchos años ha aprobado Normas Técnicas orientadas a satisfacer las necesidades de salud de las poblaciones excluidas, marginadas, pobres, pobres extremos, etc. Ahora se plantea una nueva reforma pero no se toma en cuenta dichas normas. En Educación ocurre lo mismo; Se dió una Ley de Educación, se formuló el DCN, en varias Regiones trabajamos nuestros Planes Estratégicos en Salud y Educación con estos documentos normativos y ahora lo tiran al tacho. ¿Así como avanzamos?. Lo que se necesita es evaluar de manera participativa los avances y desde allí concertar propuestas que nos lleven a la solución de los problemas, atacando sus causas y no las consecuencias como se pretende ahora. Lo curioso es que la anterior Ministra de Educación forma parte del Concejo Nacional de Educación y no ha impulsado acciones participativas, sinó que de manera unilateral ha decidido y dispuesto medidas que no son coherente ni pertinentes con la realidad de cada región. Saludos.
la salud como la educacion son servicios básicos que no pueden estar sujetos a la voracidad de la empresa privada cuyo unico fin es acumular riqueza. No se trata de que haya empresarios buenos o malos porque la logica del sistema obliga a todo empresario si quiere “sobrevivir” a explotar a sus trabajadores para asi desplazar a sus competidores en esto no cuentan los sentimientos morales ni la compasion solo el lucro
Soy europeo y debo decir que me alegro mucho de que el Perú tenga las metas expuestas aquí. Así podría seguir el país en su camino hacia una sociedad más equitativa e invertir su impresionante crecimiento actual en su futuro más lejano. Por supuesto que la educación es una de las mejores inversiones para un país y la cobertura universal de salud un reflejo de una sociedad altamente desarrollada.
El acto de equilibrio de fomentar por un lado el sector privado atrayéndolo por medidas fiscales y por otro lado cercar su area de influencia para asegurar el provecho de toda la sociedad y evitar por ejemplo perjuicios ambientales ya puede dar quebraderos de cabeza. Este equilibrio es tal vez la clave del desarrollo exitoso de toda la sociedad, lo que permitiría por sus crecientes ingresos fiscales dar un empuje fantástico a las iniciativas en la educación, la salud y las pensiones.
Yo diría que es urgente que el mandatario reflexione sobre varios mensajes perversos, entre los que no podemos pasar por alto la devolución de su dinero a los FONAVISTAS. Es perverso cumplir con la deuda externa y patear el tablero cuando se trata de la interna.
Reforma mediante decretos legislativos no es seria. Técnicos del MINSA que han intervenido en ella no tienen formación seria y suficiente en salud pública. Están ideologizados y al servicio de intereses privados y no tienen legitimidad pues acceden al cargo gracias a favores de mafia fujiaprista del MINSA. Necesitamos intervención directa del Congreso por la importancia del tema. Miremonos en el ejemplo de los que saben, veamos los exitos de Canadá, Gran Bretaña, Francia y mas cerquita, Ecuador.
La salud es un derecho que todo Estado moderno garantiza y no un negocio de algunos. Clinicas privadas no dan la talla, veamos el desastre provocado por la Clínica San Pablo con los gemelos muertos y otros tantos (pagarán acaso S/. 5 millones de indemnización por cada bebé fallecido?, pues “la salud cuesta señores”). Empresarios deben cambiar de giro a actividades productivas. Referéndum para determinar el Sistema de Salud es necesario.
Las reformas del estado son necesarias para actualizar la demanda de la población en diferentes campos, sobre todo en los que se observan deficitarios. Ya es tiempo que también se aplique una reforma en el sistema bancario, los intereses que los banqueros pagan por nuestros ahorros son muy bajos en comparación con los intereses que nos cobran cuando realizamos préstamos, ya lo dijo el Superintendente de la SBS y al parecer la propuesta ha caído en saco roto.
Demostrado internacionalmente que los servicios privados en las áreas de Educación y Salud tienen mayor aceptación y son preferidas, aun en poblaciones de bajos recursos.
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