Mañana sería un muy feliz 28 de julio si el Presidente Vizcarra deja a un lado la polarización y el estrés que nos ha venido regalando en complicidad con sus colegas de la Plaza Bolívar y -motivado por los Juegos Panamericanos- intenta igualar el saludable interés que el nuevo presidente del Congreso ha mostrado en la reactivación económica del país.
El presidente podría asumir mañana un espectacular #ModoPanamericanos si le da un giro al debate político y lo centra en la generación de prosperidad, riqueza, innovación, y crecimiento. ¿Por qué es importante que su mensaje se centre en este tema? ¿Estamos realmente “desacelerados” o “alguien” insiste en esto solo para atacar a Vizcarra?
La Asociación de Contribuyentes del Perú se quiso responder esta pregunta buscando evidencia y evaluó el desempeño del Poder Ejecutivo y el Congreso en el último año.
Veamos algunos datos generales: el crecimiento en los 5 primeros meses del año es de 1.5%, el menor de la última década, e incluso peor que en el 2009, año de crisis internacional en el que crecimos 1.6% en el mismo período. Mientras el ministro de Economía dice que el país atraviesa un período de crecimiento significativo (¿?), lo cierto es que el Perú crece 3.2% en promedio desde hace 6 años. Esto no es coyuntural.
El informe de los #contribuyentes sostiene que crecer a una tasa por debajo del 4% tendría consecuencias negativas. La diferencia entre crecer 3% y 4% anualmente, implica tardar varios años años más en convertirnos en un país de ingresos altos. Visto de otra forma, al ritmo que vamos, tardaríamos 31 años en alcanzar a Chile y 54 a España. Ya estamos, aunque no lo queramos aceptar, atrapados en la famosa trampa del ingreso medio.
¿Qué necesitamos? Reformas estructurales, cambios de fondo. Se trata de enfrentar con políticas públicas inteligentes y audaces temas clave como reforma tributaria, formalización, legislación laboral, calidad regulatoria, reducción de brechas de servicios, inversión extractiva sostenible, salud, educación, entre otros. ¿El gobierno se ha dedicado a esto en el último año? Lamentablemente, no.
El contribuyente empresario tiene un rol vital en el diseño e implementación de estas reformas, y está dispuesto a poner el hombro, pero necesita que el estado se concentre, se lave la cara y se despierte. De nada sirven las fotos protocolares (tampoco el lobby de las ONGs / consultoras que tienen a sus representantes caminando cada vez más ”caseritos” por los pasillos del Congreso) si los funcionarios públicos en el corazón del sistema, esos que tienen “la firma” para activar la inversión, simplificar los trámites y eliminar barreras, están distraídos en temas políticos o coyunturales y carecen de una consigna pro-inversión y pro-crecimiento sostenida por la voluntad política del presidente y su gabinete.
Así, además de fortalecer sectores estratégicos como el agro, la inversión extractiva, infraestructura en transporte y telecomunicaciones, hay también prioridades que están en el corazón de la vida del contribuyente y que no deben ser postergadas.
El 9% de la población aún no cuenta con acceso a agua por medio de una red pública, y tiene que abastecerse con medios alternativos, agresivos e inseguros, como los camiones cisterna, pagando varias veces más por un agua de pésima calidad. Aún así, al segundo trimestre del 2019, solo se ha ejecutado en promedio el 24% del presupuesto destinado a este problema. ¿Podemos aceptar que 5 millones de personas no cuenten aún con agua potable y otros 11 millones no tengan sistema de alcantarillado? La situación es más crítica a nivel rural, pues 4 de cada 5 peruanos no tienen acceso a lo último.
El mismo panorama de desidia se observa en el sector Salud. Si bien es cierto, han habido algunos primeros avances con respecto al tratamiento de enfermedades raras y huérfanas, todo avanza muy lento y hay temas que se abordan de forma populista. Mientras tanto, persisten problemas como falta de camas y número de médicos por paciente. De acuerdo con la última cifra del INEI, existen solo 16 camas por cada 10 000 habitantes, y 13 médicos por cada 10 mil habitantes. Un indicador muy por debajo de la media de 33 de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La gran mayoría de hospitales públicos sufre de desabastecimiento de medicamentos e insumos, y seguimos dándole a nuestros pacientes tratamientos que en otros países de la región ya no son parte del estándar del sistema estatal, inclusive. Éste, sigue siendo pesado, burocrático, centrado en el sindicato, el doctor, el hospital, el proceso, más no en el paciente y en el valor que le debe aportar.
Tengo fe en que los Juegos Panamericanos le cambiarán la cara al presidente mañana. Espero que nos hable con un rostro lleno de entusiasmo, y que dedique una buena parte de su mensaje a describir lo que hará para acelerar nuestro aletargado crecimiento económico y combatir la pobreza, con soluciones en estos dos temas básicos, por ejemplo.
Finalmente, ojalá que junto con el presidente, también el Congreso, la Prensa, y nosotros los contribuyentes, nos pongamos a partir de mañana en #ModoPanamericanos, para ver si ganamos una medalla intangible pero muy valiosa, que se mide en calidad de vida, prosperidad y desarrollo para nuestros hijos y para aquellos que más lo necesitan.
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