Aficionado del Vino
¨El vino es un camino emocionante e infinito¨
Muchas son las bodegas de vino que ingresan al mercado, cada día son más las historias líquidas que se dibujan en las mesas peruanas. Regiones, cepas, familias, todos tienen algo que contar y por supuesto nuestro maridaje sigue alcanzando niveles nunca antes vistos. Es evidente que la cocina peruana es la que llama a estas opciones ilimitadas de vinos nuevos. Pero también creo que el comensal sabe más, vive más y viaja más que antes.
Recuerdo en los noventas, teníamos pocas empresas que se atrevían a importar vinos españoles, franceses, italianos. Eran unas cuantas etiquetas y punto. La oferta mejora para el público y no solamente el supermercado es ahora el único lugar para comprar vino.
Por ejemplo, tenemos las tiendas especializadas donde consigues cosechas especiales, puedes pedirte un emparedado de jamón serrano gran reserva o un pata negra, maridado con tu copa de vino mientras tomas un descanso en el correr del día. Garnacha, Bobal, Alicante-Bouchet, Sangiovese, Marzemino, Verdejo, Albariño, Loureiro, Criolla, País, Semillón, Trepat, tantas cepas que creíamos que no llegarían al mercado que ya están aquí para nuestro disfrute.
La valoración de estas novedades se las da el público, que ya se aburre un poco de lo de siempre, quiere más, y nuestros paladares esperan ansiosos la llegada. Pero ahora también están las cepas tradicionales pero de diferentes destinos o regiones alternativas, como por ejemplo: el Malbec de diferentes alturas y microterroirs, o el Tannat peruano, o también el Merlot patagónico argentino.
El otro día conversaba con un amante de los vinos, y me comentaba su amor por esta bebida. La colección de vinos que estaba armando en su casa y que cada botella que almacenaba representaba un lugar especial que había visitado en el mundo.
Arma tu colección
El paladar se va formando, uno no nace siendo catador. Nosotros los sommeliers estudiamos la profesión, pero en el camino mientras vamos viajando, atendiendo público en sus casas o restaurantes, recorriendo sesiones de cata, es ahí en donde vamos evolucionando más y más el conocimiento sensorial.
Marcas, estilos de producción, blendings, puntos de vista sobre maridaje, etc … Todo se une para incrementar el chip de los recuerdos.
Investiga, lee, infórmate, que el vino es cultura, es sensibilidad. En una botella puedes descubrir algo que puede cambiarte el día, enamorarte más de la vida, hacerte olvidar de algunos problemas que te aquejan e introducirte en un viaje como lo hacen los libros o los vinilos.
Elije un lugar fresco de tu casa donde ni el calor ni el frío acechen, echa tus botellas para que el corcho de hinche y evite filtraciones de oxígeno en la botella, crea tu cardex de dónde las compraste y cuándo. Tómate el tiempo para escoger la comida en función al vino que descorcharás, no al revés. El vino siempre es el que manda.
Es importante tener vinos de diferentes precios, vinos para todos los días, vino para compartir y vinos egoístas también (vinos para ti y solo para ti).
Y lo que se le dice también vinos a futuro. Comprar este estilo de vinos es para invertir en vinos caros, que solo se van moldeando en tu cava, evolucionando en botella y esculpiendo la última fase del shape, esa que solo tu cariño, aprecio y paciencia le pueden dar.
El Vino de la Semana
Sommelier José Bracamonte
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